¡Bienvenid@!... Este blog nace por amor a Jesús. La idea es reflexionar, desde la perspectiva de la fe y la revelación, en todas las circunstancias relacionadas con su nacimiento, vida y ministerio. El punto de partida será el pesebre. Aquel lugar donde de niños encontramos a "Dios con nosotros".


27.1.07

EVANGELIO/EVANGELIOS, por Cristina Fornés

¿Te gusta recibir buenas noticias? ¡Entonces tu corazón se alegrará con el Evangelio! Porque esta palabra tiene su origen en un vocablo griego, evanguélion, que significa “buenas nuevas” o “buenas noticias”.
Así pues, cada vez que leas “Envangelio/s”, estará referido, según el contexto:

* En un sentido extra-bíblico, a cada uno de los cuatro libros escritos por los “evangelista” (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) con la narración de la vida, obra y milagros de Jesús.

* En un sentido estrictamente bíblico, al mensaje que proclama que la salvación, el perdón y la vida eterna son posibles por medio del Mesías prometido, Jesucristo.

Estas buenas noticias aparecen reveladas en todo el Antiguo y el Nuevo Testamentos. Desde las primeras promesas de Génesis 3:15 y 12:3, pasando por los profetas, los apóstoles y el propio Jesús, que utilizó mucho de los antiguos textos para referirse a su misión, como evidencia del cumplimiento de aquellas profecías.

Él también ordenó a sus discípulos que anunciaran las “buenas nuevas” a todo el mundo y señaló a esta predicación del “evangelio del reino”, como una de las señales de su segunda venida (Mateo 24:14).

¡Esta si que es una noticia magnífica! ¡Él vuelve... y pronto! ¡Evanguélion, hermosas evanguélion!
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Fuente

Diccionario bíblico adventista del séptimo día- 1ª. ed.- Florida (Buenos Aires); Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995.

21.1.07

EL NIÑO Y EL PESEBRE, Fragmentos, 2º Parte, por Ángel Manuel Rodríguez

“... La venida del Mesías al mundo prefiguró su final: su vida sobre la Tierra comenzó de la manera como terminaría. Aquí yace parte del significado del pesebre.

María siguió la práctica corriente de utilizar tiras de tela, similares a vendas, para envolver al niño y mantener así sus piernas extendidas y derechas. Luego, a falta de cuna, lo colocó en el pesebre.

Jesús pasaría por esta experiencia una vez más. En el futuro, Jesús nuevamente sería envuelto en telas y puesto dentro de una roca: “Y quitándolo [al cuerpo de Jesús de la cruz], lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña” (Luc. 23:53) Nació en soledad, separado de la humanidad; y murió rechazado por ellos, todavía en soledad. La roca en forma de pesebre y la roca en forma de tumba parecen reflejarse una a otra a lo largo del ministerio del Niño. Se movió de una a otra para poder cumplir con la misión que el Padre le había encomendado. El pesebre anticipa la tumba....”

“...Desde el pesebre este Cordero iría hacia la cruz como sacrificio de Dios a favor de la humanidad. Es más, el pesebre prefigura la cruz como el altar donde el Hijo de Dios ofreció su cuerpo y su sangre para preservar la vida de este planeta... Ya no es simplemente el lugar donde comen los animales; el pesebre es la mesa de Dios en la que toda la creación puede comer y tener vida. Es el altar alrededor del cual, como cristianos, podemos adorar juntos y alimentar nuestros corazones con el maná divino.

Pero debemos recordar que el Niño no permaneció en el pesebre. Su Padre lo colocó sobre el trono del universo. ¡Lo mudó del pesebre al trono de Dios! Nació para ser un rey y se convirtió en rey. La próxima vez que lo veamos –y créanme, lo veremos-, él no estará envuelto en pañales, sino en las vestimentas regias más gloriosas que podamos imaginar. Ya no estará en compañía de animales, sino rodeado por una majestuosa hueste angélica innumerable...

Pero antes de que lo veamos y nos gocemos con la plenitud de su presencia, primero debemos ir al establo. Debemos verlo en el pesebre, ofreciéndose por todos.

¿Has estado en el pesebre últimamente?”
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Referencias
Ángel Manuel Rodríguez, Revista Adventista, Año 102 (Diciembre) Nº 12, p. 8 y 9, Casa Editora Sudamericana, Florida, Buenos Aires, Argentina.


18.1.07

TU PARTICIPACIÓN ES IMPORTANTE

¡Hola, querido/a amigo/a! Me alegra mucho que me estés visitando. Te recuerdo que en este blog tú también puedes participar con colaboraciones para las entradas. Poesías, dibujos, fotos, curiosidades, citas de libros, refexiones, juegos, preguntas, etc. Lo que se te ocurra sobre el tema de EL PESEBRE, sus personajes, época, antecedentes y consecuencias. Pueden ser creaciones tuyas o de otros autores. Sólo te voy a pedir que te identifiques, me mandes tu mail, por si necesito contactarte y las referencias bibliogáficas o del autor del material.
¡Gracias por participar! Hasta la próxima. Te abrazo con mi corazón. Cristina.

16.1.07

EL NIÑO Y EL PESEBRE, Fragmentos, 1º Parte, por Ángel Manuel Rodríguez

“...Los pesebres, generalmente, eran cajones rectangulares, labrados en piedra o cavados en la piedra natural de la cueva utilizada como establo....
Quienes esperaban al Mesías deberían haber preparado un lugar, una hermosa cuna en la que María acomodara el cuerpo del Dios encarnado.... Pero cuando el niño Jesús nació, no había lugar para él en la familia humana...
El pesebre significa que Jesús nació fuera del reino de la interacción humana. Él fue rechazado al nacer. Más tarde, él mismo se identificaría con los pobres y necesitados.
La narración parece contrastar el poder y la opulencia de Augusto César con el desamparo y la sencillez del Mesías recién nacido. Su sencillez infantil lo acompañó durante el resto de su vida. El cambió “el trono del cielo por el pesebre, y la compañía de los ángeles que le adoraban por la de las bestias del establo”.*

¡El pesebre! La persona que lo hizo nunca imaginó el futuro glorioso de este pesebre singular. Al construirlo, simplemente estaba cumpliendo una tarea asignada... Él tomó lo que Dios había creado –la piedra-, y a partir de ella labró un pesebre. Dios y este hombre trabajaron juntos en la preparación del pesebre para el Hijo de Dios. Este hombre realizó esta tarea sin darse cuenta de que Dios lo estaba utilizando para un proyecto muy especial. ¡Qué pensamiento imponente!
Sí, un lugar estaba preparado para el Hijo de Dios. Él nació, y María “lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre” (vers. 7), dentro de una piedra...”

¿Has pensado para qué “proyecto muy especial” podría Dios utilizarte a ti? Hasta la próxima.
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Referencias
*Elena G. de White, El Deseado de Todas las Gentes, p. 32.
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Ángel Manuel Rodríguez, Revista Adventista, Año 102 (Diciembre) Nº 12, p. 7, Casa Editora Sudamericana, Florida, Buenos Aires, Argentina.

9.1.07

EL PESEBRE, por Cristina Fornés

Según mi diccionario de la lengua española, pesebre es “una especie de cajón o depósito donde comen los animales. Sitio destinado para ese fin.”

Consulté también un diccionario bíblico y define en forma semejante; “Artesa o cajón que contiene el forraje para los animales.”

También me enteré que se han encontrado algunos de piedra en las antiguas caballerizas del tiempo de Salomón o de Acab, en Meguido. (Puedes ver uno de esa zona y época en la foto).

El pesebre que fue la primera cama del niño Jesús, estaba en un establo de Belén. En el Nuevo Testamento el único que lo menciona es el Evangelio de San Lucas, 2:7, 12, 16*. La palabra aparece nuevamente en Lucas 13:15, pero no tiene relación con nuestro tema.

* Puedes corroborarlo en tu Biblia. Si no tienes una, utiliza el vínculo del costado y busca los textos. Por si lo precisas, te explico: el primer número que aparece, el más grande, es el capítulo; los números pequeñitos son los versículos. Así, Lucas 2:7,12, quiere decir: ”Evangelio según San Lucas, capítulo 2, versículos 7 y 12.” Si los versículos aparecen separados por guiones, Ej.: 7-12, debemos leer desde el 7 hasta el 12, todos. ¡Como cuando vas a imprimir un documento de varias hojas!
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Fuente
Diccionario bíblico adventista del séptimo día- 1ª. ed.- Florida (Buenos Aires); Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995.

6.1.07

COMIENZA EL VIAJE, por Cristina Fornés

Instalados frente al Pesebre, es posible que nos preguntemos: ¿Qué es esto? ¿Por qué, para qué sucedió? ¿Quiénes son estas personas? ¿Cómo llega esta familia allí? ¿Cuál es la importancia de ese bebé? ¿Quiénes más estuvieron implicados? ¿Qué rol cumplieron en esta historia? ¿Fue un hecho sorpresivo o pre-anunciado? Si es así, ¿desde cuándo? ¿Qué fuente lo documenta?...

¿Se te ocurren más preguntas? Entonces envíalas, y trataremos de encontrar las respuestas...

Estamos comenzando un viaje que nos llevará hacia el pasado remoto, hasta los mismos orígenes de nuestra raza y de nuestro mundo, y nos proyectará al futuro más distante: la eternidad.

¡Bienvenido y feliz viaje!

Cuando encuentres la respuesta a la pregunta: “¿Y esto qué tiene que ver conmigo?”, habrá concluido la primera parte del viaje.

Así pues, punto de partida: DESDE EL PESEBRE, puerto de llegada: TU CORAZÓN.
¡Vamos!