¡LIBRE PARA GASTAR!, por Cristina Fornés
Hola, si en este momento estás frente a tu ordenador, ya tenemos algo en común: en algún momento de nuestras vidas tuvimos que comprarlos y aprendimos como usarlos. Y si estás en la oficina o en el ciber... bueno, algún electrodoméstico tienes en casa ¿cierto?
¿Te diste cuenta con cuánto cuidado los embalan los fabricantes? Trabas por aquí, amortiguaciones por allá. Además entregan unos muy buenos folletos, con esquemas interiores y exteriores, flechas que indican el nombre hasta de algunos tornillos y sus funciones. Y, ¡por supuesto!, un detallado manual para el usuario. Cuanto más específico el aparato, mayores detalles sobre las precauciones y el uso.
Qué pensarías de quien dijera:
-¿Quién se cree que es este tipo para venir a decirme a mi como tengo que usar esto?... ¡Qué obsesivo, para qué tanto!... ¡Tantas explicaciones! Si habría alcanzado con un buen cartel que dijera:
“¡AHORA ES SUYO! ÚSELO COMO QUIERA- CONÉCTELO DONDE SE LE ANTOJE ¡Y SIENTA LA DIFERENCIA!”-
Si así hubiera sido, ya me veo diciéndole a mi esposo:
-¡Negrooo!... ¿Vos sabés dónde va este cable?-
Y él, como buen diseñador de parques y jardines: -¡Mmm!... Probá por aquí, haber cómo le queda...-
¿Absurdo? ¿Ejemplo extremo? Si, pero dime, ¿te arriesgarías a perder tu inversión, a malgastar tu dinero, por no seguir las indicaciones para su instalación y funcionamiento?
Creo que si estás leyendo esto es porque lo has hecho. ¿Verdad?
Pero... ¡Un momento!... ¿Y tu libertad? ¿No sientes que te están coartando en tu libre albedrío?... ¿No?
¡Ah, ya veo! Obedecer fielmente las reglas nos permite lograr mejores resultados, durabilidad y ganancias con menor esfuerzo.
Si, estamos de acuerdo: El estricto apego a la norma, es la garantía para el libre aprovechamiento y disfrute más pleno del objeto.
(Luego, entonces, lo que se me impone, lo que me pauta... ¿me libera?... Si, en este caso, sí.)
Y si esto es válido para nuestros ordenadores o electrodomésticos, ¿lo será también para otros aspectos de la vida?, ¿será válido para nuestra vida?
Tal vez me digas: -¡Un momento, nosotros no somos electrodomésticos!
Tienes razón, por lo tanto, ¿no merecemos más cuidado y atención que tu mejor artefacto? Al fin y al cabo somos personas, seres humanos... ¿hijos de Dios, sus criaturas, hechura de sus manos?
Alguna vez te pusiste a pensar por qué Jesús, que nos garantiza la libertad total, es el mismo que dice:
“SI ME AMÁIS, GUARDAD MIS MANDAMIENTOS.” (S. Juan 14:15)
¿Cómo pueden la LIBERTAD y el AMOR caminar juntos con los MANDAMIENTOS y la OBEDIENCIA?
(Continuará)