¡Bienvenid@!... Este blog nace por amor a Jesús. La idea es reflexionar, desde la perspectiva de la fe y la revelación, en todas las circunstancias relacionadas con su nacimiento, vida y ministerio. El punto de partida será el pesebre. Aquel lugar donde de niños encontramos a "Dios con nosotros".


29.8.07

¡LIBRE PARA VIVIR! (Continuación), por Cristina Fornés

El título de esta serie de entradas ha sufrido un ligero cambio. Quité la palabra “USAR” y escribí “VIVIR”. Porque hoy quiero conversar contigo de la vida, las nuestras, y pienso que la vida no se “usa”, la vida se vive.

Claro que hay un pequeño detalle previo que debemos considerar. (Mi mamá me decía que todo depende del color del cristal con que se mire).

Bueno, si tú, al mirarte a ti mismo como ser humano, ves un mono evolucionado... Ese es tu cristal.

Tal vez te veas como la cuarta reencarnación de vaya yo a saber qué fulano... Ese es tu cristal.

Puede ser que al observarte sólo veas un complejo trozo de materia, consciente de si misma, suspendida entre dos vacíos insondables... y ese sea tu cristal.

En fin, que lo que pensamos de la vida y el cómo la vivimos, depende de nuestra antropología. Es decir, todo depende del concepto de “hombre” que tengamos (o “ser humano” ¡para que nadie empiece con cuestiones de sexo!).

Es decir que en algún momento de nuestras vidas, decidimos creer “esto” y desechar “aquello”.

Por eso, nunca podrías entender lo que quiero decirte si, en primer lugar, no te explico cual es “mi cristal”, la concepción antropológica desde dónde estoy mirando la vida.

Yo creo y sé que fuimos creados por Dios, según un plan perfectamente coordinado y preestablecido, a su imagen y semejanza. Con un propósito excelso:

Poblar este mundo de seres inteligentes, que en forma libre y voluntaria, decidieran mantener una relación basada en el amor con su Creador, reconociéndolo como Padre y Soberano de sus vidas y del Universo.

En la próxima entrada voy a tratar de explicarte por qué creo que Jesús, que nos garantiza la libertad total, al mismo tiempo nos dice:
“SI ME AMÁIS, GUARDAD MIS MANDAMIENTOS.” (S. Juan 14:15)

Y cómo pueden la LIBERTAD y el AMOR caminar juntos con los MANDAMIENTOS y la OBEDIENCIA.

¡Hasta la próxima!

12.8.07

¡LIBRE PARA GASTAR! (Continuación), por Cristina Fornés

En la entrada anterior, al considerar el uso de ordenadores y electrodomésticos había llegado a la conclusión de que: “El estricto apego a la norma, es la garantía para el libre aprovechamiento y disfrute más pleno del objeto”.

Quedó planteada una aparente contradicción: lo que se me impone, lo que me pauta... ¡me libera! (Obedecer las indicaciones del fabricante, me garantiza óptimos resultados al usar el artefacto adquirido).

Y me preguntaba si esto sería válido también en nuestras vidas.

No se necesita ir muy lejos para ver que es así. Sólo un ejemplo cotidiano: ¡qué sería de nuestras grandes ciudades, rutas y autopistas sin las leyes que regulan el tránsito! Cuanto daño, aun muertes, ocasionan los que las ignoran, cualesquiera sean sus motivos. Si miramos a la naturaleza (de la que formamos parte, por cierto) nos maravillan las leyes que regulan la existencia y el equilibrio de todos sus componentes. Vemos también como el uso irracional de los recursos y la permanente violación a esas leyes nos han acarreado contaminación ambiental, atmosférica y el desequilibrio de los sistemas.

Ahora bien, si el mundo físico, tanto natural como artificial, obtiene su máximo desarrollo y aprovechamiento, y nos brinda las más grandes satisfacciones y disfrute en tanto y en cuanto nos apegamos de la manera más estricta a las leyes y normas que lo regulan...

¿Sería lógico pensar que nosotros, seres vivos de este Universo, como unidades físico-mental-espirituales no desmontables, somos los únicos que hemos quedado librados a nuestra suerte y riesgo? Algo así como:
“PUESTO QUE SER RACIONAL E INTELIGENTE, AUTORREGÚLESE, SI LE DA LA GANA.
¡USTED ES SUYO! ÚSESE Y GÁSTESE COMO QUIERA. CONÉCTESE DONDE SE LE ANTOJE ¡HAGA LA DIFERENCIA! DE CUALQUIER MANERA ALCANZARÁ LA PLENITUD Y LA FELICIDAD EN ESTA VIDA... ¡Y LA ETERNIDAD EN LA OTRA!“

Parece un disparate, ¿no? Cuanto más lo pienso, más me convenzo de que: El estricto apego a la Ley, es la garantía para el libre aprovechamiento y disfrute más pleno de la vida.

(¿Te diste cuenta que escribí “Ley”, con mayúscula, no “leyes” o “normas”?).

Alguna vez te pusiste a pensar por qué Jesús, que nos garantiza la libertad total, es el mismo que dice:
“SI ME AMÁIS, GUARDAD MIS MANDAMIENTOS.” (S. Juan 14:15)

¿Cómo pueden la LIBERTAD y el AMOR caminar juntos con los MANDAMIENTOS y la OBEDIENCIA?
(Continuará)

3.8.07

¡LIBRE PARA GASTAR!, por Cristina Fornés

Hola, si en este momento estás frente a tu ordenador, ya tenemos algo en común: en algún momento de nuestras vidas tuvimos que comprarlos y aprendimos como usarlos. Y si estás en la oficina o en el ciber... bueno, algún electrodoméstico tienes en casa ¿cierto?

¿Te diste cuenta con cuánto cuidado los embalan los fabricantes? Trabas por aquí, amortiguaciones por allá. Además entregan unos muy buenos folletos, con esquemas interiores y exteriores, flechas que indican el nombre hasta de algunos tornillos y sus funciones. Y, ¡por supuesto!, un detallado manual para el usuario. Cuanto más específico el aparato, mayores detalles sobre las precauciones y el uso.

Qué pensarías de quien dijera:
-¿Quién se cree que es este tipo para venir a decirme a mi como tengo que usar esto?... ¡Qué obsesivo, para qué tanto!... ¡Tantas explicaciones! Si habría alcanzado con un buen cartel que dijera:
“¡AHORA ES SUYO! ÚSELO COMO QUIERA- CONÉCTELO DONDE SE LE ANTOJE ¡Y SIENTA LA DIFERENCIA!”-

Si así hubiera sido, ya me veo diciéndole a mi esposo:
-¡Negrooo!... ¿Vos sabés dónde va este cable?-
Y él, como buen diseñador de parques y jardines: -¡Mmm!... Probá por aquí, haber cómo le queda...-

¿Absurdo? ¿Ejemplo extremo? Si, pero dime, ¿te arriesgarías a perder tu inversión, a malgastar tu dinero, por no seguir las indicaciones para su instalación y funcionamiento?

Creo que si estás leyendo esto es porque lo has hecho. ¿Verdad?

Pero... ¡Un momento!... ¿Y tu libertad? ¿No sientes que te están coartando en tu libre albedrío?... ¿No?
¡Ah, ya veo! Obedecer fielmente las reglas nos permite lograr mejores resultados, durabilidad y ganancias con menor esfuerzo.

Si, estamos de acuerdo: El estricto apego a la norma, es la garantía para el libre aprovechamiento y disfrute más pleno del objeto.

(Luego, entonces, lo que se me impone, lo que me pauta... ¿me libera?... Si, en este caso, sí.)

Y si esto es válido para nuestros ordenadores o electrodomésticos, ¿lo será también para otros aspectos de la vida?, ¿será válido para nuestra vida?

Tal vez me digas: -¡Un momento, nosotros no somos electrodomésticos!

Tienes razón, por lo tanto, ¿no merecemos más cuidado y atención que tu mejor artefacto? Al fin y al cabo somos personas, seres humanos... ¿hijos de Dios, sus criaturas, hechura de sus manos?

Alguna vez te pusiste a pensar por qué Jesús, que nos garantiza la libertad total, es el mismo que dice:
“SI ME AMÁIS, GUARDAD MIS MANDAMIENTOS.” (S. Juan 14:15)

¿Cómo pueden la LIBERTAD y el AMOR caminar juntos con los MANDAMIENTOS y la OBEDIENCIA?
(Continuará)