EL PESEBRE DE MI CORAZÓN
Hace unos minutos abrí mis correo buscando el saludo de algún amigo. Así encontré este mensaje.
Agradezco a Dios y a Margarita Sharp de Priora este recordatorio.Aquí lo dejo.
Es mi regalo de Navidad para ti. Espero que lo disfrutes. Cristina
Un cariñoso saludo, acompañado de estas palabras de sencillo recogimiento en esta Noche Buena...
EL PESEBRE DE MI CORAZÓN
El triste establo de mi corazón, huele a maldad.
Está a oscuras, sin luz.
En la noche mía, las lucientes estrellas del universo,
se esconden avergonzadas
por este lugar nauseabundo,
inaceptable alcoba para el Hijo del Rey.
Aquí muge la indiferencia.
Balan las quejas de la disconformidad.
El odio, da coces de asnos contra las palomas de la paz.
Las secas y rígidas pajas, encubren la esperanza.
En el barro inmundo,
se mezcla el orgullo de la nada que soy.
En el silencio adormecido de la madrugada,
necesito la claridad del “Gloria en las alturas”.
Necesito las cálidas voces angélicas
que estremezcan las fibras profundas de mi pétreo corazón.
Necesito el sedoso llanto del inocente hermano de Dios.
Necesito llenar mi pesebre,
está vacío,
mis oídos están dormidos,
mi voz está acallada…
Quiero transformar esta mísera cueva de mi alma,
en morada del Príncipe de los Cielos,
donde el aire se purifique con vuelos de palomas en paz,
donde los corderos rodeen de calor y ternura
el frío tugurio de mi incierta existencia.
Quiero que haya lugar para las ofrendas
que lleguen en camellos de oriente.
Quiero que no falte la leche espiritual
para el crecimiento del niño que hay en mi.
Quiero que se acerquen los pastores
y me enseñen de su fidelidad al Niño Dios.
Quiero que los ángeles
reúnan el latido de las estrellas e iluminen,
este inepto escondrijo mío.
El cielo de mis anhelos
acude a esta Navidad
en busca del brillo de aquella noche en Belén.
Nada tengo que ofrecer,
sólo, las secas pajas de futuros inciertos.
Lavaré el sitio donde acude a comer el servil ganado,
sacudiré el polvo y las telas de araña,
ordenaré el corral y las bestias.
Y el hueco más tibio de mi ser
lo empaparé con óleos y fragancias,
para albergar el suave aliento del Niño,
en el pesebre de mi corazón.
Margarita Sharp de Priora. 19 de diciembre de 2009.